A veces la universidad se convierte en una carrera de velocidad. Esto lo sabe cualquier estudiante que está en época de preparar exámenes finales o parciales. Pueden ser días de mucha intensidad si las técnicas de estudio no fueron las correctas o si directamente, no se aplicaron.

 

Para evitar momentos de ansiedad innecesarios es bueno poder hacernos de técnicas de estudio que nos permitan optimizar nuestro tiempo y que nos permitan aprender, aprobar y comprender los temas sobre los que tenemos que dar examen.

 

La técnica de la lectura rápida o lectura veloz ¿Funciona?


El aprendizaje humano no se da en un solo golpe. Lo que puede darnos la apariencia de “saber” algo es la capacidad de memoria, de atención o de expresión que alguien tiene y que sirven para salir al paso especialmente en fechas de exámenes. Aunque en términos generales las técnicas que implican gran velocidad para procesar volúmenes de información, eventualmente implican también gran velocidad en la pérdida de la misma.

 

Las técnicas de lectura rápida pueden ayudarnos a leer textos de una manera mucho más veloz, aunque hay que ser precavidos en este punto porque leer rápido no significa interpretar rápido ni mucho menos, aprender rápido, pues aprender no es solo memorizar.

 

La lectura rápida solo te puede servir en la medida en que ya conozcas el tema sobre el que estás leyendo. Es decir, hay que sopesar el tiempo, la experiencia y el tipo de terminologías que existe en el texto que lees y que ya conoces o que desconoces. Solo así vas a lograr que eso que lees tenga coherencia y puedas recordarlo enlazándolo a otros textos que hayas leído.

 

La interpretación de un texto toma tiempo. No se trata solo de leer rápido sino de cuanta información, en efecto, puedes conectar a tus aprendizajes pasados. Y cuanto de ello, finalmente, puedes explicarlo a otros.

 

Cómo leer un libro rápido

 

Hay muchas formas de leer un libro en breve tiempo. Un buen estudiante debería poder preparar un examen final desde el primer día de empezar a cursar una materia, pero lamentablemente no todos lo hacen y tienen que leer gran cantidad de bibliografía a las apuradas para cuando tienen que dar un examen.

 

Una buena recomendación es poder familiarizarte con el libro o el texto que vas a leer. Investígalo como si fuera un producto que vas a comprar. ¿Quién lo escribió? ¿Cuándo? ¿Qué sabes sobre el tema sobre el que trata? ¿Cuál es el texto que ya leíste que se opone a éste? ¿Cuántos capítulos tiene y qué lógica siguió el autor para crearlos? Miralo por arriba, lee los títulos, lee el índice.

 

Finalmente, cuando hayas hecho eso, empieza a leer el primer capítulo. Tomate el tiempo para comprender las ideas generales y subrayar y reescribir en tu cuaderno lo que te parece importante que el autor dice, puedes usar tus propias palabras. Como si fuese que le estas contando eso que el autor señala, pero a un amigo.

 

Cómo resumir un texto rápido

 

Para resumir un libro también podemos tomar una serie de estrategias, mi favorita es tomar notas manuscritas.

Está comprobado que la memoria funciona mejor cuando implicamos otros sentidos y cuando hay una actividad mecánica que implica al menos dos sentidos más.

 

Escribir a mano es mejor que escribir en computadora, puedes ver un artículo de referencia aquí y otro aquí.

 

Entonces, siempre que puedas elije hacerlo manuscrito no en computadora.

Por otra parte, puedes hacer resúmenes visuales, usar colores, mapas mentales o incluso imágenes o pequeños íconos que te permitan recordar mejor las ideas claves. Un resumen no necesariamente es una transcripción fiel. La idea es que eso te sirva para recordar los puntos clave de un capítulo.

 

Luego de resumir un texto lo mejor es tomarte el tiempo para releer las ideas que acabas de poner por escrito. Cuando te levantes al día siguiente vuelves a hacer eso y así con todas tus notas. La memoria trabaja por repetición y es importante estimularla todos los días de muchas formas posibles, por eso es bueno hacer un resumen en texto un día, con mapas conceptuales al otro y con imágenes o con fichas en otros días distintos.

 

Este tipo de técnicas va a asegurar que se consoliden tus aprendizajes por mucho tiempo.

 

Cómo evocar lo que voy aprendiendo para dar buenos exámenes finales

 

Evocar a la memoria los aprendizajes es demostrar que hemos aprendido. Evocar es recordar y para recordar necesitamos que algo haya sido significativo para nosotros.

 

Para que algo sea significativo tiene que ser personal.

Por ejemplo, si estoy estudiando un texto técnico puedo poner una anotación o una imagen que se relacione a algo de mi infancia, a un objeto que conozca o a una situación que haya vivido. Esto puede parecer extraño, pero funciona.

 

Hay que aprender a introducir nuestras experiencias de vidas en nuestros apuntes. El humor y la sorpresa mantienen al cerebro atento.

 

La mayoría de los estudiantes que nos pueden dar buenos exámenes en sus universidades son aquellos que se sienten estresados, ansiosos o presionados por haber estudiado mal o a último momento tratando de forzar a sus cerebros para que recuerden algo que no les interesó en ningún momento.

 

El antídoto a todo eso son las técnicas que te permiten aprender de manera personalizada, divertida y a lo largo de varias semanas. Por eso debes prepararte con tiempo y preparar tus propios resúmenes de manera personalizada, con tus colores y con tus experiencias personales.

 

Conclusiones:

 

  • El aprendizaje real implica memorizar paulatinamente eventos que tienen sentido para nosotros y se enlazan a nuestra propia historia de vida
  • Para poder explicar algo debemos haberlo interpretado con tiempo y haciendo lazo emocional con aquello que nos causa una impresión duradera
  • La lectura rápida y otras técnicas avanzadas de estudio sirven en la medida en que exista intención de aprender para la vida y no solo para aprobar exámenes, y en la medida en que exista interpretación como proceso personal y no solo como obligación y necesidad de rapidez.

 [lockercat]

Click aquí para acceder a este curso [/lockercat]