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Como sabemos, el aprendizaje y la memoria se relacionan, para que podamos retener lo aprendido, necesitamos de la memoria. Esta nos ayuda a recordar y poder utilizar lo aprendido un momento especifico. Aprendamos un poco más en profundidad de esta relación y de lo que trata cada elemento por si mismo.
La memoria y el aprendizaje
La memoria como proceso cognitivo es nuestra capacidad para almacenar, retener y luego recordar información, experiencias pasadas o incluso olores. La memoria es un proceso activo, inteligente, subjetivo, constante y de reflexión en el momento presente o con experiencias anteriores y a la hora de aprender, la memoria es fundamental. Pero no hay que confundir memoria y aprendizaje.
El aprendizaje es un proceso por el cual adquirimos información que se traduce en conocimiento, a través de este también adquirimos habilidades, conductas y valores.
El uso de la memoria nos permite aprender mediante procesos, estos son: la codificación, el almacenamiento, y la Recuperación.
La codificación de la información
Así como a la hora de aprender hay métodos de aprendizaje, la memoria humana utiliza la codificación para transformar la información que estamos recibiendo, poder almacenarla en nuestra memoria para luego poder recuperarla y acceder a esta información en algún momento.
El aprendizaje depende de la eficacia de la codificación, este es un proceso activo que depende de varios factores, como lo son: El contenido que estamos recibiendo, cómo lo estamos recibiendo y el contexto donde llevamos a cabo la codificación en nuestra memoria. (esta parte era muy confusa y decía lo mismo en dos frases consecutivas pero con otras palabras)
Los factores del contenido
El contenido en si tiene dos factores que influyen a la hora de recordarlos y aprenderlos, estos son:
El volumen del material: mientras más sea el volumen se vuelve más difícil la codificación.
El grado en el que está organizado el material y el lugar que ocupa la información: quiere decir que si la información es colocada al principio y/o al final se tiende a almacenar más fácilmente que lo colocado en el centro y si está más organizada, más fácil la codificación, y por último, la familiaridad que ocupa la información que estamos percibiendo con lo que estamos aprendiendo o queremos aprender.
El aprendizaje como proceso
El aprendizaje puede ser analizado desde distintas teorías que pretenden describir sus procesos. La educación y el desarrollo personal están relacionados con el aprendizaje, este debe estar orientado adecuadamente y es óptimo cuando la persona está motivada.
La psicopedagogía, entre otras ciencias, conciben sus planteamientos teóricos, metodológicos y didácticos para cada etapa del aprendizaje y desarrollo personal.
El aprendizaje es el proceso mediante el cual se adquieren habilidades, se asimila una información o se adopta una nueva estrategia de conocimiento y acción. Asimismo, es un proceso mediante el cual la persona se apropia de conocimiento en sus distintas dimensiones, conceptos, procedimientos, actitudes y valores.
El aprendizaje humano consiste en adquirir, procesar, comprender y, finalmente, aplicar una información que nos ha sido enseñada. Éste requiere un cambio relativamente estable en la conducta del ser humano. Este cambio es producido tras asociaciones entre el estímulo y la respuesta, esto significa que, mientras más se estimule la memoria, más aprendemos.
La comunicación por su parte, es inherente a la relación que mantiene el ser humano con otros individuos. A través de la comunicación, las personas obtienen información respecto al contexto que los rodea, así de esta manera pueden compartirla con otros; la comunicación es parte elemental del aprendizaje.
Aprender es un proceso activo resultado de la experiencia que conlleva cambios en el cerebro. Cuanto más trabajamos sobre un contenido, mejor permanece en la memoria, que es, como mencionamos hoy, la capacidad de adquirir y almacenar información muy variada.
Clasificación de la memoria y sus estrategias
Podemos clasificar la memoria, atendiendo a cómo almacenamos y recordamos la información, en explícito o implícito. La memoria explícita es aquella que podemos recordar conscientemente y pueden describirse con palabras y la memoria implícita hace referencia a los recuerdos inconscientes, a veces nos expresamos de manera automática y es difícil verbalizar.
Tanto la memoria como el aprendizaje afectan a nuestra conducta. Uno facilita el almacenamiento de información y el otro transforma la información recibida en conocimiento.
Existen estrategias de memoria en el aprendizaje, aunque éstas se tornen más complejas, a mayor maduración del niño, la codificación se vuelve más eficaz y rápida. Algunas pueden ser adquiridas a lo largo del aprendizaje y el desarrollo, otras son aprendidas.
Entre muchas estrategias de memoria en el aprendizaje podemos destacar:
- La estrategia de ensayo, que ayuda a consolidar la información que se encuentra en nuestra memoria a corto plazo, a nuestra memoria a largo plazo.
- La estrategia de organización, que permite la agrupación y asociación de diferentes tipos de información dando lugar a un mejor almacenamiento en nuestra memoria. Esta estrategia favorece la significatividad lógica y estimula el aprendizaje significativo.
- Las estrategias de elaboración, otorgan un significado a la información por lo cual en nuestra memoria aumentamos el almacenamiento, de forma que creamos enlaces entre los conocimientos previos y la información nueva.
Reglas Mnemotécnicas
Entre las estrategias que mencionamos anteriormente, podemos destacar algunas técnicas o reglas denominadas “Mnemotécnicas”, que son estrategias internas aprendidas de forma consciente, ayudando a memorizar ya que se crean nexos o asociaciones entre diferentes contenidos.
Dentro de esta estrategia podemos destacar:
- La memoria visual, que consiste en recordar lo aprendido o visto en imágenes ya sean mentales o fotográficas.
- La asociación, que es impredecible en la retención, y se da cuando relacionamos conceptos ya aprendidos, con uno ya conocido.
- La repetición del material, que facilita la retención de la información, sin embargo, para que esta estrategia sea eficaz debe prestarse mucha atención.
Para dar fin, la importancia de la memoria en la educación se ha demostrado a lo largo del tiempo. Y no cabe duda que la memoria es un recurso clave en el proceso de enseñanza. Es más, Incrementar los recursos y llevar a cabo técnicas para entrenarla son fundamentales.
De este modo, el niño, los adultos y cualquier persona podrá hacer frente a las evaluaciones y objetivos tanto en el ámbito académico como en lo profesional o incluso en la vida cotidiana. Trabajar y estimular la memoria para lograr aprender, junto la motivación, la atención y la comprensión dan paso a un aprendizaje significativo, donde el ser humano es el principal moldeador de la información.
Por esto, es necesario que cuenten con ejemplos que les permitan poder llegar a las estrategias mencionadas. Mejorar y potenciar el aprendizaje requiere de un entrenamiento constante y diario debido a que cada día aprendemos algo que no sabíamos o necesitábamos saber, conocer y aprender.